Profesor Miguel Ángel García Fernández

142097326091811El español que supo cómo mirar el corazón

Por Cristina G. Lucio

Madrid -- 13/01/2015-- Reconocido por la Asociación Europea de Imagen Cardiovascular como 'leyenda europea de la Cardiología'

Llegó a la Ecocardiografía casi por casualidad, pero la idea de poder observar el corazón para aprender a conocer sus quejas le resultó tan cautivadora que ya no pudo abandonarla. En sus más de 40 años de trayectoria, Miguel Ángel García Fernández ha sido todo un pionero en este campo de estudio, lo que le ha valido la reciente distinción de la Asociación Europea de Imagen Cardiovascular (EACVI). El reconocimiento, que valora "su papel histórico", une su nombre a una reducida lista de especialistas que, en apenas unas décadas, han conseguido revolucionar el diagnóstico cardiovascular.

Todavía emocionado por figurar en el mismo cuadro de honor que sus "ídolos", el profesor de Medicina de la Universidad Complutense de Madrid, y presidente de la Asociación Española de Imagen Cardiaca, extiende el galardón "a toda la cardiología española y de habla hispana" ya que, subraya, ha sido fundamental para conseguir que la detección de muchos problemas del corazón dejara de ser algo subjetivo para "basarse en datos objetivos".

Este logro, señala el especialista, se ha obtenido en apenas unas décadas; un salto cualitativo que, según dice, ha tenido la suerte de vivir en primera persona.

"Yo era residente en el hospital que hoy es el Carlos III de Madrid en los años 70, cuando una condesa decidió donar un aparato de ecocardiografía al centro en agradecimiento por la atención que había recibido. El que era mi jefe nos lo dio como un juguete a los jóvenes que estábamos allí. Y el caso es que yo aún no he dejado de jugar con él", rememora.

Primero desde la Escuela Nacional de Enfermedades del Tórax y después desde el laboratorio que puso en marcha en el Hospital Gregorio Marañón tras una estancia en Estados Unidos, García Fernández no ha dejado de explorar las oportunidades que le ofrece la imagen cardiaca. "La experiencia en Minneapolis me cambió la visión. Allí los laboratorios eran muy grandes y, entre otras cosas, había técnicos que trabajaban con el cardiólogo", recuerda.

La unidad que creó a principios de los 90 era una de las más grandes de Europa y realizó experimentación con animales. En su seno, el equipo de García Fernández llevó a cabo por primera vez descripciones de distintas funciones cardiacas y demostró la utilidad de la imagen cardiaca para el diagnóstico de varios trastornos cardiovasculares.

La clave para avanzar en este terreno, señala García Fernández, pasa por "ir peldaño a peldaño, trabajando cada día". Es necesario tener un ápice de suerte, pero lo fundamental es "la tenacidad, la ilusión, y apostar por la imaginación", apunta. "Yo intento buscar la diversión en el trabajo. Me pongo retos y aunque haya hecho más de 300.000 ecocardiografías, me lo sigo pasando bien cuando trabajo", señala.

Desde la Universidad, la Sociedad Española de Cardiología y como consultor del Hospital Clínico San Carlos de Madrid, García Fernández reivindica el papel del cardiólogo a la hora de formar en el uso de los aparatos de imagen. "La tecnología ha permitido el desarrollo de aparatos de bolsillo al alcance de cualquier profesional. No se pueden poner puertas al campo y el uso de esos aparatos se está extendiendo, pero hay que enseñar cómo manejar esos aparatos y cuáles son sus limitaciones. Y esa enseñanza ha de ser responsabilidad del cardiólogo", señala.

La formación ha sido, de hecho, una de las grandes pasiones de García Fernández a lo largo de su trayectoria. Cada vez que ha puesto en marcha un curso, un libro o un manual el cardiólogo ha tenido en mente la carta que recibió a finales de los 80 de un colega que "desde la soledad del desierto de Sonora, en México", le agradecía la ayuda prestada a través de la literatura científica.

"La transmisión del conocimiento es fundamental", subraya el especialista, que trata de adaptarse a los nuevos tiempos. Después de elaborar muchos textos médicos a la antigua usanza, ahora está inmerso en un proyecto de apps para móviles y tabletas.

Fuente: http://www.elmundo.es/salud/2015/01/13/54b255ece2704eeb278b4575.html


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